miércoles, 29 de mayo de 2013

LOCUTORAS Y LOCUTORES


LOCUTORAS Y LOCUTORES

               No todas las personas tenemos la misma facilidad de poder hablar en público, algunos tienen que practicar mucho para poder trasmitir su mensaje de manera fluida y esto es un verdadero problemas para aquellas personas quienes desean desempeñarse como locutores y locutoras, porque su principal herramienta de trabajo, la voz, es dominada por la inseguridad emocional. Para ser locutores se requiere de ciertas habilidades comunicativas que no todos las personas poseemos de manera natural.

               La radio ha pasado por diferentes etapas a lo largo de la historia, primero eran netamente informativa, trasmitían los hechos tal y cual ocurrían; cansados de la monotonía pasaron a interpretar los hechos de manera coherente; hoy en día ya se permiten  y se aceptan las opiniones, tanto del público como de los propios locutores. En 1921, la radio llega a América Latina y en 1925 llega al Perú, siendo sus primeros locutores personas con voces elegantes, redondas y completas que concentraban gran cantidad de personas en las plazas, barrios, centros poblados, etc., ellos educaban a su voz, sabían colocarla bien para poder subir y bajar los tonos, de acuerdo a la información que se emitía.

                  El lenguaje escrito no sirve para la radio, algunas emisoras hacen que sus locutores lean lo que les van a decir a su público, ocasionando que se dé una comunicación fría y distante, por esta razón es que muchas de ellas no han sobrevivido en la radio. El estilo de la radio es vivo, caliente, conversado, natural en donde no se planea que es lo que vas a contestar o decir, ante los micrófonos más que personas admirables necesitamos amigos queribles, los mejores locutores son aquellos que tienen un óptimo corazón y utilizan su energía interior, dejando muchas veces correr al niño que todos llevamos por dentro, para hacer más ameno el diálogo.

              Una emisora moderna no necesita voces perfectas, por la sencilla razón de que sus oyentes tampoco lo tienen, sólo se necesita tener simpatía, saber cómo establecer contacto con el público entrando en su imaginación, saberlo escuchar, pero eso no significa que toleremos errores a la hora de hablar, es entendible se te tenga miedo o nervios en los primeros programas, pero con la práctica y la familiaridad que se logre entablar con los oyentes, eso debe desaparecer. Hoy en día hay muchas formas de cómo dominar todo eso, por ejemplo antes de salir al aire debemos de respirar profundamente tres a cuatro veces para así sentirse más relajado. Lo peor sucede cuando estamos nervios porque de forma involuntaria hacemos uso de muletillas, pronunciando constantemente una misma palabra, cuando lo adecuado sería hacer una pausa y reorganizar nuestras ideas para poder continuar con la conversación.

               Un buen locutor debe tener naturalidad, eso es indispensable; gesticulación del cuerpo, aprovechando todos los músculos, especialmente los de la cara para poder darles fuerza a las palabras y así salgan cargadas de emoción; poner distancia entre él y el micrófono, lo adecuado es una cuarta; además de buena articulación  a la hora de pronunciar las palabras, para que se escuchen claramente; esto debe ser complementado con una buena dicción, silabear o pronunciar exactamente todas y cada una de las letras y palabras; por último, la corrección, el locutor debe de leer mucho, no solo para informarse, sino para que emplee correctamente las palabras. Con todo esto no hay locutores y locutoras que tengan miedo de sentarse frente a un micrófono para salir al aire, no se necesitan personas perfectas pero si bien instruidas.


        Todo esto se logra con la práctica y la constancia, debemos estar listos para los cambios; la radio es un medio que siempre nos va acompañar y que en algún momento nos llegará la oportunidad de estar en una cabina frente a un micrófono y debemos estar preparados para asumir ese gran reto.



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